En las fobias lo importante no es el miedo, sino todo lo que hace la persona para no llegar a tener contacto con ese miedo. Así que diremos que la fobia no aparece con el miedo en sí, sino con la cantidad de tiempo que gastamos en evitar la situación temida.
Tendemos en algunos casos a anticiparnos tanto que al final el resultado es una sensación de cansancio extremo que se traduce en nervios y miedo mientras exponemos o hablamos en público.
Las fobias se acentúan ante la paradoja de la mente humana es que basta con que algo no quiera que suceda para que suceda. Nuestro cerebro hace justo lo contrario de lo que le pedimos.
Puesto que continuamente nos damos órdenes de este tipo es en ese momento cuando empezamos a ponernos nerviosos…
Con tensión muscular, con pensamientos circulares, hace que afinemos nuestra búsqueda de sensaciones propias y eso influye en nuestra voz, movimientos… y dejamos de controlar la situación y aparece el miedo y los nervios ante un público.
Además estas órdenes las creamos para no tener sensaciones pero al final conseguimos bloquearnos y además hace que desarrollemos otro tipo de ideas secundarias al proceso en el que ya se ve intervenida nuestra autoestima.
Le llegamos a dar más importancia a la audiencia y a sus posibles juicios. Así en ocasiones nos vemos inmersos en situaciones en las que no podemos fallar. Tenemos que cumplir nuestras expectativas y nuestro grado de felicidad depende de que estas se cumplan.
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CarlosVílchez
Psicólogo experto en Oratoria y Comunicación.